Recién llegado

Después de unas semanas angustiosas y caóticas de despedidas y seminarios de formación en Madrid y Alemania ha llegado el momento. El holandés errante ha fortalecido su estatus viajando ahora a otro continente. Treinta horas de viaje precedieron una llegada feliz y tranquila en La Paz, Bolivia, donde tengo la suerte de tener alojamiento en el piso de la fabulosa amiga Salud. Mis primeras impresiones: Mucho menos cáos de lo que pensaba encontrar en una capital latinoamericana, tráfico muy desordenado y sin reglas pero no demasiado rápido, mujeres indígenas con sus magníficos atuendos tipicos omnipresente y un ambiente bastante agradable. Luego, las vistas increibles al pico andino Illimani que parece ser el guardián de la ciudad.
La enfermedad de altura que puede afectarte cuando llegas de golpe a una altura de 4000 metros me ha dejado en paz los primeros días aquí. Descansé mucho del viaje, salí para comer por la noche en el barrio bohemio y muy internacional 'Sopocachi' y me sorprendrió la tranquilidad y seguridad en las calles. Después de de la inseguridad inculcada en los cursos de la ONU se despejó mi paranoia injustificada.
El domingo me he atrevido con el primer plato típico boliviano de Cordero con papas y arroz y he probado mi primera, y supongo que no haya sido la última, cerveza auténtica de aquí, Huari. Hasta ahora los efectos son muy positivos. Mañana me espera la primera cita de trabajo en el PNUD, Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo....Voy con ilusión y ganas....